miércoles, 24 de febrero de 2010

El desierto soviético del mar de Aral

A mediados del siglo XIX los soldados rusos llegaron a las costas del Mar de Aral, en las resecas estepas del corazón de Eurasia. Era una tierra salvaje, casi virgen, patria de los jinetes nómadas que un día habían dominado el mundo. Los zares incorporaron a su imperio este área tan extensa y prácticamente ingobernable porque se encontraban en plena carrera contra los británicos por el dominio del Asia central.

jueves, 18 de febrero de 2010

La riqueza no se hereda, se crea

Antiguamente, antes de la Revolución Industrial y el nacimiento del capitalismo, los más ricos lo eran por herencia. Las clases sociales eran compartimentos estancos de los que no se podía salir. El que nacía marqués vivía como tal el resto de su vida gracias a los privilegios legales que el Estado le otorgaba. Los emprendedores que nacían pobres poco podían hacer para mejorar sus condiciones de vida. Sólo a partir del siglo XVII en ciertas áreas de Europa como el norte de Italia, Holanda o Inglaterra los desheredados empezaron a prosperar desafiando su aciago destino de cuna.

lunes, 15 de febrero de 2010

El Poder, cueste lo que cueste

Cabe la posibilidad de que el PSOE no gane las próximas elecciones, sean cuando sean. Cabe la posibilidad de que Zapatero tenga, como Ben Laden, que esconderse en una cueva para evitar que le apedreen según salga a la calle sin el batallón de escoltas que ahora le acompañan. Cabe la posibilidad de que, hundido el contrario, el Partido Popular vuelva a la Moncloa. Cabe la posibilidad de que Mariano, Lassalle y Arriola, por fin, lleguen a ser presidentes del Gobierno con ocho años de retraso.

martes, 9 de febrero de 2010

Grecia (vista por un griego)

Sin acritud. Aquí lo único que nos falta para ser idénticos es la huelga, que llegará.

lunes, 8 de febrero de 2010

Mercados de trabajo

La enfermedad crónica de la economía española es el mercado de trabajo. Aquí hay paro hasta cuando las cosas van bien. En los años de la burbuja, aquel tiempo feliz en el que atábamos a los perros con longaniza, la tasa de desempleo bailaba con el 10%. Decíamos que había pleno empleo y que quien no trabajaba era porque no quería. Algo de razón había en eso, pero las listas del INEM estaban a rebosar.